Violencia política digital: el anonimato y la desinformación dominan el escenario en redes

Violencia política digital: el anonimato y la desinformación dominan el escenario en redes

12 de agosto de 2025

Violencia política digital: el anonimato y la desinformación dominan el escenario en redes

Los hallazgos más recientes de nuestro monitoreo de violencia política digital hacia mujeres candidatas y políticas en Bolivia, revela un patrón preocupante, la mayor parte del contenido hostil proviene de cuentas sin trazabilidad clara, mientras las estrategias más comunes para atacar a candidatas y autoridades se basan en el desprestigio y la manipulación de la información.

Según los datos, el 78,4 % de los actores identificados son cuentas difusoras de contenido y no medios verificables o perfiles individuales con identidad confirmada. Estas cuentas se dividen en:

    • Cuenta personal real: aparenta pertenecer a una persona común.

    • Cuenta de marca o grupo: opera con un nombre político, de colectivo o de burla.

    • Cuenta anónima: sin foto o con nombre evidentemente falso.

    • Cuenta parodia o sátira: imita a una figura pública para ridiculizarla.

    • Medio de comunicación falso: creado recientemente, sin página web y con contenido parcial o manipulado.

 

 

Además, el monitoreo identificó que el 38 % de las publicaciones que incurren específicamente en violencia política digital hacia mujeres, es decir, activistas, influencers, periodistas, feministas o políticas— vienen de cuentas anónimas. De las cuentas analizadas en este segmento, 56 publicaciones  carecen de identidad verificable, lo que confirma que la violencia digital proviene principalmente de actores no identificables o con identidades digitales ambiguas.

Casi la mitad del contenido monitoreado en redes sociales es violento, del total de publicaciones analizadas, el 47 % incurre en alguna forma de violencia contra mujeres políticas y candidatas. Esta cifra no solo incluye insultos o amenazas directas, sino también formas más sutiles de hostigamiento, como la deslegitimación de capacidades, la sexualización o la ridiculización.


Fuente: Elaboración propia a partir de los datos obtenidos durante el monitoreo.

De las publicaciones violentas, el 43% se basan en estrategias de desprestigio y control o manipulación de la información. Esto implica tergiversar datos, sacar declaraciones de contexto o difundir narrativas falsas para erosionar la credibilidad de las mujeres en política.

 

Fuente: Elaboración propia a partir de los datos obtenidos durante el monitoreo.

La desinformación es la principal estrategia para deslegitimar a las mujeres candidatas, estas formas de acoso y violencia se enmarcan dentro de la Ley 243, y según los datos, el 45% de las publicaciones violentas corresponden a la divulgación de información falsa con el fin de desprestigiar la gestión de una mujer en política. Este tipo de ataque no solo daña la reputación individual, sino que también busca debilitar la confianza en la institucionalidad, en los partidos políticos y frenar la participación femenina en espacios de poder.


Una de las narrativas más recurrentes entre cuentas anónimas, grupos organizados y perfiles masculinos es la que gira en torno a la Ley 348. En este caso, los mensajes suelen ser críticos o abiertamente contrarios a la ley, vinculandola con supuestos abusos, denuncias falsas o privilegios políticos.


El monitoreo detecta que esta narrativa se activa especialmente en TikTok, la plataforma más utilizada para difundir contenido hostil, y que alcanzó un pico de actividad en julio, momento en que el debate político se intensificó. La estrategia de comunicación en estos casos se caracteriza por un enfoque emocional-afectivo, apelando al enojo, la burla o la indignación para movilizar a las audiencias.


Los hallazgos del monitoreo de datos de la Lupa Digital, muestra un patrón estructural en la violencia política digital hacia mujeres, el anonimato como escudo, la mayoría de los agresores no son identificables, lo que dificulta cualquier acción legal. El predominio de la desinformación: las campañas contra mujeres políticas dependen más de narrativas falsas o manipuladas que de críticas legítimas a su gestión o postura política.

Plataformas con alto impacto, como TikTok que no solo concentra el mayor volumen de ataques, sino que también es el canal donde los mensajes alcanzan mayor viralidad y resonancia emocional. Las narrativas persistentes, con temas como la Ley 348 que funcionan como ejes articuladores de discursos hostiles, muchas veces más efectivos que los ataques personales aislados.


En un año electoral, estos hallazgos subrayan la urgencia de fortalecer las capacidades de respuesta, trazabilidad y regulación de contenidos en redes sociales. La violencia digital contra mujeres es un obstáculo real para la participación política en igualdad de condiciones.

 



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